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miércoles, 21 de diciembre de 2005

Te refugié, ahora dejarte ir haré.

Una tarde te encontré en mis sueños,
cuando solía sentirme
vacía bajo las corrientes de esta tierra.

Todo era tan común,
en mi sopa de la tarde
no veía más reflejada que mi rostro en ella...
ni suspiros de tu voz...

Me consolaba entre tus brazos,
mientras me mirabas con esas lucesitas
llenos de vidriosas palabras..
esperando entregar...
Como si quisieses decirme algo,
háblame con el alma,
esa voz que está detrás de tus ilusiones
inundando mares de melancolía y casi
forjando a la felicidad reflotar...

Solo quiero encontrarte
una mañana en un lugar mejor...,
sé que donde quiera que estés,
desde el cielo escuchando
estarás mi voz.

Abrázame como esa sombra
que está conmigo eternamente..,
dame aliento cuando no pueda sostener
ni siquiera mis pensamientos...

La última mirada es el reflejo,
de toda tu vida en mi hermoso sueño.
Un cantar que por el existir,
no dejaré de alzar eternamente.

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Te lo ddiko a ti Gian, por el año que me diste de felicidad,
hace una hora te marchaste y ya no es lo mismo.