Gorjeo VI

Ya no sabemos como andar,
hizo lagrimeando ademán
tañendo tus labios, piel,
susurrándole a tus ojos...
melancólicos que hacer...

El pusilánime casi verdadero amor,
hizo de las suyas mi propio sayón
buscando quien fuese el culpable
de este antaño desamor.

Mejor cerrar la puerta,
que deshechó los recuerdos numen
botados al balcón,
recogidos por impía,
aquenque limpiaron este corazón...

Gorjeo V

Oteé tus lágrimas
al caer al vacío estruendoso del silencio...

Fingí reir,
cuando por sorpresa el mundo
plasmaba el sufrimiento
en mi espalda...

Y cuando tus ojos miraron,
el silencio desenmudeció
el momento...

Siguiendo el atardecer,
como si se fuese a caer
la capa que te separa
la lluvia del rayo...

Digamos que la tristeza
se quedó,
la murria falleció..
Y que el mundo está volteando
su cabeza,
y que tus brazos
son el descanso de mis noches
congeladas...

Que no hay lágrimas,
y que no existimos,
ni tú ni yo...

Gorjeo IV

La irrisiva marcha
que el destino
en una gota de agua consume...
Las faltas de puntos en mi camino
me acortan el viaje...
Y suda aterrada mi frente
por si mis letargas
palabras hacen el quiebre...
errónea..

¿No quería tanto la noche que
me equivocase?
Aquí caigo arrepentida.
Quiero empezar de nuevo un segundo eterno.

Gorjeo III

Si..
sino salgo yo de aquél pozo
el cielo caerá en mi,
y me ahogaré...
Aunque en mi lecho sienta el mismo
dolor que sentí ayer...

A pesar de que el mar
me arrastrará
hasta su cóncavo acabado
y la inasible tierra
me besará hasta deborar
estos labios...

Como todo cae,
y la lluvia sigue intacta...
no se detiene en mi ventana,
sigue en mis ojos...
y termina en mis manos...

La tacha ribera
deja escapar recuerdos
en la medrosa psique maltratada..
angustiada, deshusiada..
ya ni su rostro puede levantar...
ni sus ojos desansar...

Esclava de lamentos,
dríada de ilusiones.

Falso

Este invierno casi fue mío
y el orondo impetuoso
de mi coraza roja relució
de desamor,
de soledad eterna...

No hay planes,
para los sueños
que casi fueron míos,
tintando los paisajes
que casi vi contigo algún día...

Y en esa cama,
que imaginaba dormida,
la maja sombra
que vi tras mis hombros,
casi las creí...

Esta no es una guerra,
porque nunca vi el color de tus ojos
para sentir el amor
que creí casi verdadero...

Gorjeo II

Esta noche es nuestra,
siente mi piel lenida al contacto...
como palpo tus labios
delineándolo suavemente
con mi rostro...

Dime que si,
que todo pasado
era un incierto infortunio...
Que las palabras
eran ciertas y mis lágrimas
una gran pesadilla...
Que no soñé
haber ido al cielo...

Dejé mi vida,
y viví al son de la tuya;
no recuerdo haber visto
un ángel más hermoso...
impregnado en tu rostro
las corolas de amor...llamándome.
Y yo como ceniza me disolví...

Gorjeo I

La bravía marea
llamaba a gritos
mi nombre...

Acariciaba
los obsoletos
botes que daban mis ojos
en tu cuerpo...

Acuestate desnudo al alma,
y pregúntale si el zafio
cariño ha decidio
irse y volar... 

Dolosa

Repartidos mis lamentos,
y trémulas mis manos
son la suerte de cadenas
en el cielo..
Colgando del arrecife
inerte que no dudará
en soltar la mansedumbre,
ese estropajo quieto...
Sin palabras, sin boca,
deseosos por sanguificar
¿cual duda tienes extranjero?...

Aquí tienes un cuerpo,
deseoso de acabar...

Y mi óbito se ha hecho
el juego de animales,
Azur mis ojos exclamando...
acaben el resto,
acaben con esto...
lloro para no orar...
ni dudar de la murria
sostenida en mis dolosas manos.



¿Como se puede sufrir más?

Casi .

Este invierno casi fue mío
y el orondo impetuoso
de mi coraza roja relució
de desamor,
de soledad eterna...

No hay planes,
para los sueños
que casi fueron míos,
tintando los paisajes
que casi vi contigo...

Y en esa cama,
que imaginaba dormida,
la maja sombra
que vi tras mis hombros,
casi las creí...

Esta no es una guerra,
porque nunca vi el color de tus ojos
para sentir el amor
que creí casi verdadero...

Te siento conmigo aún.

No sé como suplicarte
que no regreses cuando todo acabó..
De qué manera exclamarte un adiós al cielo...
Un beso al te quiero,
no toques mis pies
cuando digo...
Basta.. Ya no estaré aquí.

Tomo litros de agonía
pensando naufraguear por las
cendas de tu escalofriante
ser...

Saco mis cuchillas de indiferencia
pensando en cambiar el mundo
cuando tus muñecas están en un huero
de muerte y cilicio...

¿sabes que hacer cuando enfrento tu pena?
no aún no sobas ni hasta
mi ego..,
ya cortaste tu respiración de mi quimera..

Hago lo posible por seguir en pie,
no camino por tus pensamientos ya.
Dime que hacer cuando no te siento.

Mentiras...

Y cuando respiro,
por tu boca.. Escucho
con tus oídos,
vivo con tus pálpitos...

Los poros de,
sigilosamente la irrealidad hender,
al camino irrelativo de la paz...
En donde mi alma no tiene límites;
y las corolas de fe,
son lluvia caída de mis pobres
e inundados luceros...

Porqué caer
por quienes no merecen
las estrellas
en mis manos, y el abrigo
en mis brazos...

Cuando lo tengo
todo al lado...Y el porqué
de las cosas bajadas del cielo,
no huyen como milagros
buscando explicación...
Son hojas cortadas
de la humilde y púdica
realidad besada en mis manos...

Dejo caer agua bebida..,
por donde ya no hay camino...
Estoy sin salida,
solo mi amigo dolor
me recoge en sus brazos
y no bacila al soñar,
que podemos contar
con quienes amamos.

Finales Rojos.

Abandona toda lágrima
que posaba en tus ojos marchita,
vehemente exclama,
ahógame en tus ojos...
La soporto..,
pero tu dolor
inunda la calma nombrada
mi lamento en reina...

Sanguificando
mis venas,
en aquellas corolas
rodeadas de
espesas gotas,
cristalinas lluvias
rojas.

Final entre rosas,
como el reinado
iluso entre filamentos
trémulos de oro, oro..
para no hayar paz en mis brazos,
y no buscar calma en tus labios.

Irreal.

Y todo gira
alrededor de un hilo..
Aquél que solo fomenta
la depresión artífice
en segundos...
Mis palpitares aceleran
al ritmo de la lluvia
al caer sobre mi regazo en
botadura oscura...

La gavina dorada
tonto y resignado
vuela por sobre aquél
fraudulento mundo,
en donde mis capas
son oro, y mis
labios son nada...

Piscas de realidad
al caer sobre un techo..,
matando mi cuerpo,
acariciando mis lamentos...
Frotando mi vida,
segundos de agonía...

Sanguificando...esta
modorra interminable,
aquél que solo escapa
cuando el sueño
no es afable...
Una caricia engañosa...
y lágrimas de lata.

Aún ... Cenizas

Aquella magnolia
impregnada
profunda en los olores
de este cuarto veteado...

En donde este recuerdo
queda por siempre
en las sábanas
de mis sinsabores...
Y la faz de
los espejos tienen tu reflejo...

Un sueño acalorado,
hechizado por tanta pena..,
me hace ver las estrellas
de este techo mi cielo...
Caído desde un Te quiero...

Un estipendio...
es lo que aún hago,
con el sudor de mi noche,
una vela compasión proclama...
No odies días de amor...
Pasado es, abrazados
a un recuerdo marchito..,
besado y no olvidado...

Destrozo Alejo.

Y cuando las corolas
encendidas..,
aquellas que solo pedían
tu mano al bailar,
en aquél tango interminable
de luces en el cielo...
Una sola cándida
buscando albergue en tus
dictantes pasados...

Veo volar, te veo...
por mi cabeza el sueño
irreal de tus labios recorriendo
todo nuestro andar...
Cenicientos quedaron
los recuerdos cuando los
abrazos se esfumaron en dolor...
Y la escelsa paz llegó ...

Esa caricia que proclama;
que cocina un amor..,
con sabor a chispas
de eternidad...
Esa lumbre irremediable
al despertar...

Cuadros de pintura
dibujadas en mi mano..,
los que representan el color
de la paz, esta agonía..
por abrazar el amor;
y en el silencio...
Nacer en el corazón...

Anhelo.

Cree en mi,
y en el intervalo entre tu corazón
y mi pálpito...
Se hace día mi vida...

Y fallesco
cuando tus miradas
se quejan agonisantemente,
el cilicio me conquista
cuando evitas el cariño...
e inevitablemente caigo...

No sé que hacer
cuando la quimera enamorada
suplica por un poco de
de compasión, atención..
Y el cielo se cega...
Las nubes también lloran...
En el camino hacia mi casa de cristales
aún pienso en ti...

Y me decido
si mato cabalmente
el pensamiento,
de ¿amor?...
Ahora todo es vacío,
pesadumbre plasmado en mis brazos,
un vacío que no llena mi estío,
un camastro, la bandera de mi sentir.

Te escribo en el jardín de mi querido
y maltratado corazón dorado...
Aunque la luna azul ya no contemple
nuestras innominadas noches;
estas paredes aún recuerdan
historias interminables
de senderos hueros.
Nuestro camino escribir.
Como aquella
flor que no marchita cuando
se tiene amor para vivir.

No hay fin.

Y cuando por fin tremulando
entre los zumbidos de mi oído...
No oigo nada más que imágenes
que vienen y desaparecen...

El cilicio inerte
puede deborar mis caricias..,
las anota firmemente en el espacio
para el no poder alcanzarlas más...

Todo se pasa tan despacio
por entre las nubes
y las deja caer
como lluvia a mis ojos.
Aún no quiero ver que
todo me abandonó...
Y que una simple palabra
no alentará mi ajar caminar...

Y cuanto quisiera
que el caminar por la tristeza
del hálito no fuera solitario en mi venir..,
y que un alma se torne a mi..,
queriendo compartir la desdicha
con lo que adoramos quienes...

Las rosas veteadas se tornan negras
al tomar del dulce cántico
de la amargura y congoja...
No exigen más que paz...
Esa tranquilidad que al rodear
la ribera no sean
más que pasadas huellas
que al final no mirarán jamás.

Aquél llano
en forma de corazones crucificados...
Desearía abrazarlo,
curarlo.. con mis pasos,
siempre lo tomaré
aunque no te sonría
en esta inestrecha distancia..,
si es que reemplazas el mío
propio, muerto, aquél dañado;
no beberé más de quel acabado.

No tomaré tu mano..,
soy quien se niega ahora
a tomar tus brazos...
Y aunque me destroce el alma,
ya no estaré a tu lado.
Mi muso y estro..,
en esta canción de amor,
se ha acabado mi voz.

Expando mi luz.

Me defraudó esa razón
que naufraga por tus ideas...
Y cuando me la apuntas
al rostro... Pasmada
mis ojos claros a la luz del sol
quedan...

El torvo queda al descubierto
cuando inasiblemente
mi corazón desnudo
camina por tus ideales...
Y los enfrento con mi espada
de indiferencia,
tus miradas ya no afectan mi huero...
En el que siempre volaban al verme
inerme en el cielo...

Si fuera un ángel te darías cuenta,
pero tan ufano no hace caso
a mi proclamación, ya no soy reina..
Soy más solo una esclava
de tus deseos,
cándida a tus pies
buzes llenan tu aliento
y rodean tu piel...

Púdica me entrego
a tu vida, ya no beberé
más de esta soberbia..
Mi cuerpo quedará marchito
en las estrellas plasmado
para cuando no viva,
solo exista en el corazón.

Créeme,
ya no miento en tu vida,
fui sincera al entregarme a las estrellas.
Y camino confiada por tus amores..,
desde aquél momento
la lumbre rodeaba
nuestras vidas...
Y todo se mira como un cántico
de a medianoche solo quiere
aclarar que el sol pronto saldrá,
y estaremos juntos para cuando
aquello pase.

Tiempo oneroso
que nos vence cuando yacemos
en lo oscuro;
no finjiremos.
Todavía nos queda
amor en nuestros lamentos.

Un fondo sin sin destino.

Sumisa en mi lecho
caigo hacia el olvido...
El fondo de este mar
alcanza mis manos
y no me suelta hasta morir
en brazos agenos...

No soy parte de ti,
tu ya eras parte de este tiempo..,
del cual fruto fui yo y de mí
todos mis lamentos...

Y este deleznable
pasado se haga solo polvo,
que mi paso por la tierra
no haga estruendo ni gozo...
Soy parte del no existo..,
una historia sin hojas,
y unas hojas sin escrito...

El escelso cielo no me lleva,
ni danzo con el por el aire...
Siento que las corrientes del mar
son las causantes de este ciego final;
acaricio por último
momento este ritual,
no tengo nombres para despedir
ni siquiera para irrisiar.

Y en el fondo
mi pena alcanza el gorjeo
hasta el cantar con hermosos
ángeles vestidos de cristal...
Me escoltan hasta más abajo
del suelo...
Donde solo haga un agujero,
y el camino no llegue más allá
de un principio sin sendero...

Aún no sé,
si ¿perdida estoy de nuevo?...
o si sé mi destino,
el cual esto es lo que ha hecho conmigo.
El vivir de una desdicha,
me ha hecho ciega y sin olvidos.

Agonizo.

El crespón adorna
mis brazos..
Y tremulamente
mis manos se empapan,
mi alma llora,
derrama lágrimas de sangre
y mi corazón grita de dolor...

El cilicio
de mi vida proclama despechado,
libérame.. de este marchito cuerpo,
inútil, déjame ser libre...
¡Condenada siempre estarás
a la averca que adorna
tu inexistencia!...

Y yerta en la ribera
me encuentran...
Agoniza mi alma,
se marcha...
No siento ya los dedos
ni los pies... ¿Será
porque he volado, porque
soy libre por primera vez?

Una vela se enciende
hender en mi camino,
y lleno de dulces pequeñitos,
el cielo trasegado ilumina,
alcemos las manos, una copa de vino
porque el martirio por fin ha vencido...